Momentos en los que no ves salida
ninguna, no ves avance o posibilidades. Cuando ves que avanzas dos pasos y
retrocedes de nuevo. Te ves volviendo a la silla, a pasarte el día en casa, a
sentirte inútil, a tener miedo al mañana. Con lo maravilloso que había sido
perderlo durante un tiempo.
Intentas mantenerte ocupada pero
las fuerzas desaparecen con cada golpe de dolor y los ánimos empiezan a
tambalearse. Quieres correr, aunque duela, pero descubres que eso ya no depende
de ti, tus piernas han perdido toda ilusión y lo único que quieren es que las
dejes en paz. Has pasado cuatro años arrastrándolas e intentando que no
abandonaran, cuatro años convencida de que el año siguiente sería mejor y
sinceramente, lo único que ha ido a mejor ha sido el bolsillo de los
fabricantes de calmantes como Sirdalud, Oxynorm, Adolonta…
Te vas quedando atrás, metafórica
y literalmente. Desearías que el cariño de los que te quieren aliviara, pero
poco consigues. Así que, ¿qué puedes hacer? NADA. Tan simple como eso:
aguantarte, distraerte, intentar olvidarte, relajarte, atiborrarte a morfina, pintarte
y limpiarte las uñas unas 5 veces al día para sentirte útil, joderte. Joderte y
tararear.
Tararear mientras besas a tu
chico o repasas con tus dedos esa frase en su brazo. Cantarla mientras juegas y
te caes de culo porque Pipo ha decidido que esconderse entre tus piernas
pesando 30kg y midiendo casi lo mismo que tú es divertido, puede que la oigas
en tu cabeza mientras preparas una tarta de dos pisos o mientras Cris te dice
frases obscenas que le sacarían los colores hasta a Nacho Vidal, cuando Vicen
te hace compañía en el sofá y cuenta mil y una cosas o Dani…em…bueno Dani es
que lo que hace lo hace sin querer, ¡pero funciona! ¡¡Gracias Dani!! Jaja
Pues eso... Voy… a ver si Pipo
quiere jugar con su cuerdecita… o con algún juguete pequeño…¡ya que Arturo no
está aquí!
Always look naranaa narana na….
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