viernes, 14 de diciembre de 2012

Quiet little voices, quiet little monsters


De nuevo aquí, de nuevo.
Pensamientos y recuerdos que atacan durante la noche y acompañan la tenue luz de unas bombillas blancas colgadas en una pared negra. Canciones que mueven tu corazón hacia lugares más bellos, hacia momentos mejores que este. Tambores que retumban en tu cabeza y que traen consigo gritos, rabia, nostalgia y dolor. Los momentos más intensos de una vida pueden vivirse en la soledad de una cama demasiado grande.
A falta de poder siquiera ponerme de pie muevo los dedos de los pies, cierro los ojos y me voy. Me voy al olor a tostadas, me voy al sonido del mar, a la piel de gallina al salir del agua, me voy al sabor a pera, a las miradas y a las palabras no dichas, a los besos por las mañanas, al viento en la cara, a las caricias, me voy a hundir los dedos en la arena y al sabor a sal en los labios. A gritar bajo el agua. Me voy a donde nada duele y donde duele todo. Me voy.
Las sensaciones nos mantienen vivos, el miedo, la felicidad, la frustración, el amor, la morriña…incluso el dolor de una rodilla pueden estar ahí para mantenerte despierto. Para que no te duermas y no olvides seguir intentando ponerte en pie. Nadie dijo que el trayecto fuera agradable o fácil, pero qué coño, al menos hay trayecto.
 Ya sea sólo o en compañía, quieras vivirlo o no, seguirás recorriéndolo y descubriendo sensaciones nuevas que irán dejando pequeñas marcas en ti. Puede que unas vayan de una axila a otra y otras, en cambio, no se vean. Dejarás tus huellas. Tal vez no consigas dejar nada de ti, nada que sea parte de ti, pero sí tu recuerdo, tus ideas y tus palabras. Palabras que dejarás escritas y dichas para que el mundo las sienta como tú. Para que el mundo no las olvide nunca, para que no te olviden nunca.
Habla, escucha, siente, perdona, ama, ríe y llora. Vive.



http://www.youtube.com/watch?v=DLj1eTSsnn8

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