Es impresionante todo lo que puede caber en una cabecita. Lo que uno puede llegar a acumular, tanto, que llega un momento en que lloras y no sabes por qué. ¿Por dolor? ¿pena? ¿tristeza?
Un día se te quema el chocolate que estás derritiendo y sabes que algo no va bien. Lloras, quizás por el chocolate, quizás por ti o por los que ya no están, quizás por miedo a no estar. Y te impregnas de ese chocolate quemado. La rica capa de caco puro que te había endurecido se resquebraja y deja salir un praliné derretido y cremoso. Y en él van todos los días en el hospital, todas las batallas, toda la pena e impotencia. Los recuerdos. Todo lo que alguna vez quisiste hacer o decir pero no pudiste o fue demasiado tarde.
Hospital La Fe (Antiguo) Verano 2009
Y el relleno empieza a salir por cada poro de tu cuerpo.
Deja que salga todo, que te impregne la piel, las uñas, el pelo...deja que fluya esa mezcla de chocolate puro y praliné. Que más da. Cuando termine, date una buena ducha de agua caliente, es lo que mejor quita el chocolate. Y deja que todo el dolor y las preocupaciones se vayan por el desagüe.El mundo sería mucho más dulce si todos dejáramos salir nuestros miedos y dudas y nos apoyáramos en quién de verdad se preocupa por nosotros.
Encamada, Diciembre 2009. Unas 3 semanas antes de la lobectomía.
Antes de correr, hay que caminar.
eres tan joven y tus palabras tan maduras!!!
ResponderEliminarun besito bombomcito