viernes, 2 de diciembre de 2011

Por mí, por todos mis compañeros y por mí primero.

Nueve días ingresada de nuevo. Nueve días entre esas cuatro paredes mágicas. Y es que sí, cuando estás allí el día se hace eterno, el culo se te pone cuadrado de tanto sofá y acabas del pollo al horno hasta los mismísimos. Pero cuando sales...todo cambia. El viaje desde Valencia a casa es una hora y media, justo el tiempo necesario para asimilar las notícias médicas y coger fuerzas para el día a día. Por eso esas cuatro paredes son mágicas. Porque hacen que te aferres a la vida más que cualquier otra persona. Que tengas ganas de salir y comerte el mundo, de levantarte cada mañana en tu estupenda cama, desayunar y hacer cosas como esta.


Se acercan los 5 meses trasplantada, ni me lo creo. Y esta es mi forma de autofelicitarme y de dar las gracias a la gente que estuvo y está conmigo.

Gracias por todo lo que habeis hecho y seguís haciendo día a día. Sé que la que estuvo sufriendo lo insufrible y aguantando fui yo, pero de nada serviría todo eso sin vosotros, y no lo habría conseguido de no ser por vosotros.

Gracias por darme la mano en la UCI, por secarme las lágrimas, por las carícias (que aunque no pudiera ni abrir los ojos, las sentía), por vuestras palabras de cariño, por vuestra paciencia a mis malas contestaciones, por subirme y bajarme la cama unas 100 veces al día. Por abanicarme, darme agua y aguantarme la palangana mientras la vomitaba (sí, así de asqueroso).

A mi hermano, porque sé que le resulta muy duro verme así, pero sus visitas me alegraban el día. A Carlos, por dormir en el suelo con mis padres. A Carol y Fran, por venir desde Santa Pola y marchar a las 2 de la madrugada cuando les dijeron que todo había salido bien. A María Isabel por estar conmigo todo el camino a Valencia. A Jorge, porque es el beso que más recuerdo antes de entrar a quirófano (Carlos no te lo tomes a mal pero es que es verdad, no sé por qué jaja). A Bea y Julia, porque vivieron conmigo el momento de la notícia, y eso para mí es muchísimo, poder despedirme de vosotras antes de ir. A Anna, porque no sé cómo lo haces, pero siempre estás cerca de mí, aunque no te tenga físicamente al lado. A mis chicas, Évelyn y Kika, porque no me quedé tranquila hasta que leí vuestros mensajes antes de bajarme a operar. A Víctor y Lorena, que siempre habeis sido mis compañeros en este duro viaje.

A mis padres, porque no sería nada sin ellos. Sufren casi igual que yo, y cuando entraba al quirófano sólo podía desear que no sufrieran si me pasaba algo, no podría soportarlo. A todos los que conocí en estos 5 meses. Mis compañeros de batalla. Y a todos los que me quedan por conocer.
Gracias por luchar conmigo.

Así que con todo ello, con todo ese cariño que me habeis dado, hice estas pastas de chocolate, que espero que os gusten.


Pastas de chocolate


Ingredientes:

250gr de chocolate fondant
100gr de azúcar
210gr de harina
60gr de mantequilla
Medio sobre de levadura química
2 huevos
Una pizca de sal

Glasa real para decorar:
180gr de azúcar glass
1 clara de huevo
Colorantes





Receta:

Fundimos el chocolate al baño maría y le agregamos la mantequilla que tendremos a temperatura ambiente. Lo pasamos a un bol y le añadimos el azúcar y los huevos. Mezclamos bien y le añadimos la harina con la levadura tamizadas. Tapamos el bol con papel film y lo dejamos en la nevera unas dos horas.

En una bandeja de horno preparamos un papel vegetal para galletas.

Después sacamos de la nevera y hacemos bolitas del tamaño de una nuez o menos. Las colocamos en la bandeja y las aplastamos un poco con los dedos dándoles forma. No las hagais muy grandes ni las junteis mucho porque crecen bastante en el horno.

A continuación las metemos en el horno precalentado a 180ºC durante 10min.
Cuando las saquemos las dejamos enfriar sobre una rejilla.

Para decorar hacemos glasa real, muy sencilla de preparar. Batimos la clara de huevo un poco, hasta que haga un pelín de burbujas y espuma por encima, simplemente. Y añadimos el azúcar glass. Batimos bien hasta que quede una consistencia densa. La metemos en biberones para decorar o manga pastelera y hacemos los dibujos que queramos.
Si queremos añadirle color a la glasa, se le añadirá una vez hecha. Es decir, cuando tengamos la glasa batida la podemos separar en varios cuencos y añadirle a cada uno una gota del colorante elegido, lo mezclamos con una cuchara y listo.

Espero que os guste y las hagais porque son muy fáciles y quedan muy ricas para tomar con leche o café :)

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