martes, 15 de noviembre de 2011

Muffins de frutos rojos 1- Estrés 0

Sí, ya lo sé. Más muffins. Pero es que son tan fáciles de preparar y quedan tan ricos, que tenia que aprovechar las bayas y frambuesas que me quedaban ¡¡antes de que se echaran a perder!!
Pero estos muffins no son unos muffins cualquiera. Son especiales. En ellos deposité todo un día de estrés y notícias no muy buenas. Llegué a casa de la visita a la Unidad de Trasplante de La Fe de Valencia bastante agotada, física y mentalmente. Librarse por los pelos de un ingreso y quedarse pendiente de pruebas y quirófanos puede con cualquiera. Así que al llegar a casa y ver las bayas en la nevera supe como disipar esa nube gris que llevaba todo el día posada encima de mí.
Cogí mi libro de "Muffins: pequeñas exquisiteces para todos los paladares" y busque una buena receta de base. No me apetecía ni vainillas, ni cremas de queso, ni mazapanes ni nada por el estilo. Un delicioso y sencillo Muffin con el toque ácido de los frutos rojos.

Y disfruté cada segundo de la receta. Mezclé cada ingrediente con cariño mientras pensaba en todo lo que había dicho el médico. Una cucharadita de almendra molida, una de estrés, una de almendra molida, una de estrés...así hasta acabar con todos los pensamientos negativos que purulaban por mi cabeza.

Me senté delante del horno y me pasé todo el tiempo de cocción mirando como subian y  burbujeaban mientras sonreía. ¡Sonreía porque estaba cociendo mis problemas! hasta olían bien, eran muffins cargados de negatividad y olían requetebien.
Lo mejor de todo fue, cómo no, devorarlos sin piedad ninguna. Acabar con esos problemas de la mejor forma posible, saboreándolos y digiriéndolos. Pringarte de nata y pasártelo genial poniendo color aquí y allá. Porque a veces los peores problemas que se escapan a tu control se solucionan de la forma más simple. Sonriendo y poniendo color allá por donde pases. Dejando un rastro dulce tras de ti y un rico olor a tranquilidad.

Así que si teneis cualquier problema, ¡contárselo a vuestros muffins! ellos sabrán tratarlos como se merecen. Y para ello, aquí os dejo la receta :)

Muffins de frutos rojos



Ingredientes para unos 12 muffins.

12 cápsulas de papel o silicona para muffin o magdalena
200 gr de frambuesas y bayas frescas o previamente descongeladas
250gr de harina
70gr de almendra molida
2 cucharaditas y 1/2 de levadura en polvo.
1/2 cucharadita de bicarbonato sódico.
1 huevo
140gr de azúcar
80ml de aceite vegetal (yo usé 70 y completé con un poquito de agua para experimentar con la esponjosidad)
275ml de leche

Para adornar
azúcar glass, nata montada, frambuesas o bayas, fideos, sirope...




Precalentamos el horno a 200ºC y untamos un molde múltiple para muffins o preparamos las cápsulas individuales. (Yo lo que hago es poner los moldes de papel dentro de los de silicona para que mantengan la forma, y estos a su vez en un molde múltiple con los huecos grandes)
Lavamos bien las frambuesas y las bayas y las dejamos secando sobre papel de cocina.

Como siempre, primero mezclamos los ingredientes secos en un bol, en este caso: la harina, la almendra, la levadura y el bicarbonato.

Batimos el huevo e incorporamos el azúcar. Seguimos batiendo de forma manual y cuando veamos que la mezcla adquiere un color más blanquecino añadimos el aceite, la leche y los frutos rojos. Mezclamos bien con cuidado de no romper mucho o nada las bayas y frambuesas.

A continuación vamos tamizando la mezcla de harina sobre la pasta y removemos despacio con una cuchara o espátula hasta que quede homogéneo.

¡Y ya está! repartimos la masa en los moldes y metemos al horno. Como ya he dicho en las recetas anteriores, a mi me quedan genial dejándolos 5min a 200ªC y luego otros 20-25min a 180ºC. También podéis comprobar si están hechos clavando un palillo en unno de ellos y si sale limpio ya se pueden sacar.

Una vez fuera dejádlos reposar unos minutos antes de desmoldarlos en caso de que hayais usado molde múltiple y si no es así, sacais los moldes individuales y dejais reposar los muffins sobre una rejilla para que no se humedezcan.

El hecho de usar moldes individuales dentro de uno múltiple viene bien cuando se hace más de una horneada. Sacas las cápsulas y puedes poner otras sin tener que esperar para poder desmoldar.

Para decorar yo monté nata a la que añadí un poco de azúcar (una vez montada) y usé manga pastelera. También eché mano de fideos y bolitas para darle alegría y color.




Espero que os guste la receta y cualquier duda todos sabeis dónde encontrarme :)

lunes, 7 de noviembre de 2011

Increíble.

Este es un discurso que hizo mi gran amiga María Isabel, de sorpresa, durante la celebración de mis 4 meses trasplantada, junto a mis amigos y familiares. Ya os podéis imaginar como acabamos todos... snif :)

Me gustaría que me prestarais atención un momento:
Cuando me puse a escribir esto, no sabía muy bien por dónde empezar. No sabía si hablar del día del trasplante, si hablar de antes, de después, de lo que siento, o de un poco de todo. Porque en cada momento hemos aprendido algo de ti, yo, y estoy segura que más de uno de los que estamos hoy aquí. Y eso que nos hemos perdido capítulos muy importantes y duros de tu vida.
Pero ahora, por fin, después de tanto tiempo, estás recuperando tu vida,  y poco a poco tus gemelos!
Me has enseñado muchísimo, Olaia, muchísimo más que ninguna otra persona me haya podido enseñar, o vaya a hacerlo jamás. Me has enseñado lo más importante que hay: me has enseñado a apreciar la vida. A apreciar el valor de las pequeñas cosas, como poder quedar para tomar un café, poder dormir boca abajo, o simplemente dar un paseo... Me has enseñado que no hay que guardarse los sentimientos, y que vale la pena hacer las cosas cuando se tiene oportunidad para luego no arrepentirse.  Y me has enseñado a saber lo que es sentir verdadero pánico por la vida de una persona a la que quieres tanto.
Desde que te conozco cada deseo que he pedido ha sido por ti, sólo por ti, porque desde el principio te ganaste mi corazón. Desde el principio me demostraste tu fuerza, tu valor, tu esperanza, tu seguridad… pero sobre todo tu alegría y tus ganas de vivir. Porque te mereces más que nadie ser feliz, y disfrutar de una vida plena, llena de buenos momentos y rodeada de gente tan maravillosa como tú.
Nos has permitido vivir y experimentar cosas que nadie nunca experimentará, y por ello te doy las gracias. Gracias por habernos dejado formar parte de tu vida, de tu apasionante aventura. En la que has sabido afrontar los momentos más desagradables y sabido resistir los dolores más inaguantables; pero a la que has sabido sacarle partido, disfrutando de experiencias, momentos y personas tan fascinantes que te ha brindado conocer. Personas que estoy segura que estén donde estén, todas, absolutamente todas, se sienten más que orgullosas de ti, al igual que lo estamos nosotros.
Porque ahora vas a machacar a carcajadas esas 2 palabras que han marcado tu vida, y nosotros contigo.
Dicen que los recuerdos desvirtúan, pero yo voy a tener grabado en mi memoria cada detalle de manera íntegra del  7 de julio de 2011.
Hoy hace 3 meses y 29 días, que a todos se nos puso el corazón en un puño. Y desde entonces, más de uno le damos las gracias a una familia cada día.

Gracias por iluminar nuestras vidas, y enseñarnos a no perder la esperanza por mucho que se desespere.
Porque a la vida hay que echarle un par de… sonrisas, y tú lo haces mejor que nadie.
Estamos orgullosos de ti.
Por SUPEROLAIA!

domingo, 6 de noviembre de 2011

Los Caminantes

Después de pasarme hora y media haciendo trufas de chocolate empecé a notar como se quejaba mi espalda, así que terminé la última tanda, la guardé en el frigorífico y decidí leer un rato.

Cogí el libro Los Caminantes, que había comprado el día anterior para Carlos y para mí, y me senté en el sofá de la terraza del piso de mi abuela. Es un sofá no muy grande pero bastante cómodo, cubierto por una tela de color hueso con flores bordadas en dorado. Me recordaba a las telas indias.

No había leído ni una página cuando alcé la vista y me di cuenta. Era feliz.
Había hecho celebraciones, había visto a mi familia, a mis amigos, había llorado al volver a casa, pero no había sentido lo que en ese momento. Se me saltaron las lágrimas. Era completamente feliz, me pareció incluso ridículo. Esos escasos dos minutos habían sido los minutos más felices de mi vida con mis nuevos pulmones. Miré el mar, tan hermoso y agitado por el viento. Miré al cielo y di las gracias. Y al hacerlo volví a sentirlo conmigo. No lo sentía desde aquellos primeros momentos en la UCI y en planta. Los sentí a todos. Sentí a mi familia, a Lorena, a Rebeca y a él. La persona más generosa que se cruzó en mi vida, mi ángel. Porque gracias a él ese ratito fue el más precioso y feliz que viviré nunca, y por ello, mis dos minutos de felicidad plena, son suyos.

Y volví a leer...