domingo, 30 de diciembre de 2012

No te hagas llamar hombre si no conoces a Johnny Cash.


En momentos como este echas de menos el amor.

Das vueltas en la cama, te enredas en la sábana, la manta se descoloca, el edredón cae hacia un lado y resoplas. Echas de menos las noches mágicas, esas en las que dormías plácidamente y en paz. Recuerdas las palabras bonitas, los ánimos y los mimos. Baños de espuma con música de fondo, paseos largos e ir a oler la fruta recién descargada en el mercado. Echas de menos esa sonrisa…

Porque nadie te conocía tan bien. Y es que, ¿quién te va a querer sino tú misma? No echas de menos que nadie te de la mano. No necesitas que nadie te diga que estás guapa o que puedes con todo, sólo necesitas estar convencida de ello.

Cuidarte y observar tu cuerpo. Mirarte al espejo desnuda y quererte. Hablo del amor más esencial y necesario, hablo del amor y el respeto hacia uno mismo. Cuando te levantas con fuerza cada mañana para ir a clase. Cuando disfrutas yendo al mercado a cargar el carro. Cuando el simple olor a masa horneándose hace aflorar una sonrisa, esa que tanto echabas en falta.

La seguridad en uno mismo hace que nos mostremos al mundo de una forma clara, esta soy yo: con mis cicatrices, mis tatuajes, mis piercings. Mi sonrisa, mi cabezonería, mi risa, mis miedos, mi paciencia, mi fuerza, mi humor inestable y mi, más que discutible, salud. Pero, a quién voy a mostrarme si no soy capaz de mirarme al espejo y creer en mí.
Podemos estar más, o menos, perdidos. Podemos tener miedo o no saber qué hacer, pero, aun con todo eso, resultará más fácil si creemos que seguiremos adelante con las decisiones que tomemos y que nos defenderemos siempre a nosotros mismos.

En el mundo ya hay mucha gente que nos hará dudar sobre cómo actuar o qué sentir, pero no dejéis que nunca nadie os haga dudar sobre vosotros. Sobre lo grandes que sois. Porque todos cometemos errores y ello no significa que seamos peores. Quizás simplemente no se han parado a observarse frente a un espejo, y, hasta que no lo hagan, no sabrán observar a los demás.

Cuídate, quiérete, respétate y sobretodo…¡¡diviértete!!

lunes, 17 de diciembre de 2012

Your body was black and blue


¿Por qué no podemos aprender de alguien como Pipo?  Si lo observamos veremos que no tiene complicación ninguna. Es un ser simple que vive preocupado por su pelotita, por las caricias de su mami y por correr detrás de las hojas llevadas por el viento. No piensa en nada.
Oh, qué bonito sería no pensar. Eso es lo que deberíamos aprender de Pipo. A no pensar. ¿Por qué nos esforzamos por complicar las cosas con lo fáciles que podrían resultar? Si no quieres estudiar, no estudies. Si quieres dormir…¡duerme! Si te apetece saltar pues te vas con Pipo abajo y te pegas dos saltos de esos que hacen crujir la rodilla.
¿Por qué aparentar que se quiere ser normal, si lo que nos apetece es hacer el subnormal?
Nos pasamos la vida creyendo que debemos tener sueños, que debemos tener aficiones. Todo porque así nos educan. Nos hacen ver que tener hobbys es mejor, que estudiar una carrera es mejor. Pero quizás, después de un tiempo (bien largo) dedicándote a estar en un sofá medicándote esperando lo inesperado, tus sueños cambien sin darte cuenta. Puede que te plantees si lo correcto verdaderamente lo es o a ver porque sentarte en un banco a ver pasar la vida no puede ser una afición.
No os asustéis, no voy a dejar la carrera y ¡mucho menos dejar de cocinar! Sólo digo que las ilusiones cambian y no siempre se mantienen los mismos sueños ni aficiones. Que no tengáis miedo a decir: ¡pues resulta que ya no me gusta tanto eso de las matemáticas oye! Y además el pimiento ya no me gusta…
Las personas cambian con el tiempo, la vida cambia con el tiempo (y menos mal) y lo normal es evolucionar con ella.
Ciertamente, no os voy a engañar, me encuentro un poco perdida en el tema de vivir. No sé bien si lo supuestamente correcto es lo adecuado para mí en este momento o si debería hacer más el subnormal, que es lo que me llama más la atención ahora mismo. Sea lo que fuere el caso es que lo mejor es pensar menos. No dejar que nos dominen nuestros “súperyo” exigentes y dedicar más tiempo a observarnos y escuchar qué nos pide nuestro cuerpo. Porque al fin y al cabo él marca el ritmo.
No tener miedo a admitir que no nos gusta la normalidad y dejar de intentar aparentar y simplemente SER, que hoy en día, ya es un trabajo bastante costoso.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Quiet little voices, quiet little monsters


De nuevo aquí, de nuevo.
Pensamientos y recuerdos que atacan durante la noche y acompañan la tenue luz de unas bombillas blancas colgadas en una pared negra. Canciones que mueven tu corazón hacia lugares más bellos, hacia momentos mejores que este. Tambores que retumban en tu cabeza y que traen consigo gritos, rabia, nostalgia y dolor. Los momentos más intensos de una vida pueden vivirse en la soledad de una cama demasiado grande.
A falta de poder siquiera ponerme de pie muevo los dedos de los pies, cierro los ojos y me voy. Me voy al olor a tostadas, me voy al sonido del mar, a la piel de gallina al salir del agua, me voy al sabor a pera, a las miradas y a las palabras no dichas, a los besos por las mañanas, al viento en la cara, a las caricias, me voy a hundir los dedos en la arena y al sabor a sal en los labios. A gritar bajo el agua. Me voy a donde nada duele y donde duele todo. Me voy.
Las sensaciones nos mantienen vivos, el miedo, la felicidad, la frustración, el amor, la morriña…incluso el dolor de una rodilla pueden estar ahí para mantenerte despierto. Para que no te duermas y no olvides seguir intentando ponerte en pie. Nadie dijo que el trayecto fuera agradable o fácil, pero qué coño, al menos hay trayecto.
 Ya sea sólo o en compañía, quieras vivirlo o no, seguirás recorriéndolo y descubriendo sensaciones nuevas que irán dejando pequeñas marcas en ti. Puede que unas vayan de una axila a otra y otras, en cambio, no se vean. Dejarás tus huellas. Tal vez no consigas dejar nada de ti, nada que sea parte de ti, pero sí tu recuerdo, tus ideas y tus palabras. Palabras que dejarás escritas y dichas para que el mundo las sienta como tú. Para que el mundo no las olvide nunca, para que no te olviden nunca.
Habla, escucha, siente, perdona, ama, ríe y llora. Vive.



http://www.youtube.com/watch?v=DLj1eTSsnn8

jueves, 13 de diciembre de 2012

Adáptate o púdrete


Siempre me he negado a aceptar mis limitaciones a la primera. He preferido insistir un poco más antes de decidir tachar nuevas cosas de esa dichosa lista de tareas que no puedo realizar. Pero últimamente no tengo mucho problema a la hora de eliminar por completo acciones de mi vida diaria. ¿Quizás me estoy volviendo una conformista? ¿Aquello que más odio?
Hay mucha gente que sostiene que conformarse es parte de lo que llamamos “vivir en paz”. Conformarse con lo que se tiene porque si no te exiges más no fracasarás. Pero, ¿y el triunfo? ¿Dónde está la posibilidad de superación? Yo cocino durante seis horas seguidas y mi rodilla izquierda multiplica por seis su tamaño. Me paso todo el día siguiente encamada a base de adolonta y pensando lo bien que quedaron presentados los cupcakes de dulce de leche y que igual podría haber hecho unas flores más, bueno, puede que mañana si me levanto temprano…Puede que si me levanto temprano y ordeno la mesa del salón para poder cocinar y decorar sentada mi rodilla sólo multiplique por dos su tamaño, ¿puede?

Si me conformara dejaría de cocinar, dejaría de pasear con mi perro, dejaría la cámara porque me cuesta horrores hacer fotos en modo manual con este temblor de manos. Dejaría las pocas cosas que consiguen sacarme una sonrisa, aunque a veces sólo sea internamente. Así que, ¿por qué no adaptarse? Luchar un poco más, porque esta vida no se acaba de momento, pero como machaca…

Coger una silla para cocinar, intentar cargar con el trípode y usar el autodisparador para estabilizar la cámara, entrenar a Pipo para que aprenda a ir a mi ritmo y me conozca mejor…adaptarse o pudrirse. Es lo único que importa. Da igual si estudias, si trabajas o si te sientas en el sofá todo el día. No importa, pero hagas lo que hagas tienes que haberlo intentado primero. No importa el final del camino, sino el trayecto.

Llevo desde las diez con dolor y Pipo vomitando por el piso. Pues aprovecho el tiempo despierta y os cuento cosas como esta, que rondan mi cabeza después de tres tandas de calmantes.

En la vida no hay que conformarse. Hay que aceptar las limitaciones y adaptarnos a ellas, pero no abandonar las cosas que nos gustan o nos importan porque alguien diga de buenas a primeras “no puedes” o “no deberías”. La vida está llena de “podrías” y hay que aprovecharlos. Mañana podría ir hasta la universidad caminando con Pipo y tumbarnos en el césped. Podría quedarme en casa con la pierna en alto y comer macedonia de frutas, podría invitar a mis amigos a comer o también podría hacerlo todo. Tal vez tenga que descansar en el césped más de lo normal, que lavar la fruta con lejía antes de comerla y es posible que tengamos que comer kebap mientras tengo la pierna en alto, pero algo haremos, ¿no?

Nos adaptaremos a lo que venga por sobrevivir a esta “rara, brava y corta vida loca”

jueves, 1 de noviembre de 2012

¿Te acuerdas de cuando...?

- Se hace raro
- ¿El qué?
- La normalidad
- ¿Acaso echas de menos algo?
- En realidad...muchas cosas

No os asustéis, no tengo el síndrome de estocolmo. No quiero ingresar y mucho menos encontrarme mal. Es sólo que, bueno, ¡no sé estar sana!
Aún tengo que acostumbrarme a pasar el rato sin hacer nada, ni siquiera toser. A estar día tras día haciendo vida normal y en clase. Me gusta, realmente me encanta estar bien, pero echo mucho de menos otras cosas, otras personas. Echo de menos incluso las croquetas del hospital. Las partidas de cartas con mi padre, los acelerones en silla de ruedas con mi hermano. Las tardes de quedarme sola y que mi madre me trajera un regalito, los findes con Carlos, los paseos al sol con Ariadna...

Todos esos ratos estaban llenos de ilusión compartida, de risas sinceras y otras que ayudaban a ocultar los nervios, llenos de patatas de máquina y coca-colas los domingos.
Al recordar todo eso te das cuenta de que se puede sacar algo bueno hasta de los momentos más dolorosos de tu vida. Aceptas y asimilas la parte mala e intentas impregnarte de los mejores momentos del día. El ratito de antes de la cena, cuando esperas con ansia que te traigan lo que pediste, el de justo antes de dormir, cuando el gotero de adolonta hace efecto y disfrutas de un viaje por el mundo de morfeo. La espera a la visita diaria de Emilio. La seguridad de estar en un sitio donde todos están pendientes de que no te pase nada.

Cada recuerdo tiene su parte buena y su parte mala. Hoy escribo porque estando en el sofá viendo la tele y descansando recordé las tardes eternas de estudiar en una mesa minúscula y oir a mi padre pedirme bajar o salir al pasillo para despejarnos. Recuerdo mi cansancio y su insistencia. Su mano sujetando el palo de gotero y sus chistes para hacerme reir. 
Hoy es mi tarde de recuerdos y quería compartirla con vosotros.

Tengo esto abandonado desde mayo, pero es que han sido unos meses de verdaderos cambios. Nuevos comienzos, nuevas caras y lugares. Volveré pronto con muchos menús nuevos y postres deliciosos.

¡Gracias a los que me sigáis leyendo!


miércoles, 9 de mayo de 2012

Aquella mañana de julio

Después de tanto tiempo, cuando me llamaron aquella mañana de julio no podía dejar de pensar cuánto iba a cambiar mi vida, pero tenía claro que para ello iba a tener que  seguir luchando un poco más.
De camino a Valencia no podía dejar de sonreír y pensar que las demás operaciones y los cientos de ingresos iban a terminar por fin. Esta vez era la definitiva, esta vez lucharía por llegar a la meta de verdad.

Me costó. Tuve problemas digestivos que me destrozaban anímicamente, pues no conseguía tolerar nada de comida y me alimentaban por vía intravenosa. Muchos dolores y dificultades que me llevaron a quirófano de nuevo.
Y entonces decidí verme buceando en Hawai (¡luego cambié Hawai por Calpe!), corriendo maratones y trabajando como bióloga en un centro marino.

Inocente de mí, confiaba en que mis huesos se curarían por arte de magia al recuperar el aire que tanto me faltaba. La cortisona me los había destrozado y creía que todo cambiaría. Pero no fue así. Me dieron el alta y ahora mismo es cuando peor me encuentro a nivel óseo y es realmente frustrante. El dolor de rodillas y espalda es constante y hay días que es simplemente insoportable.
Podría quedarme en el sofá, y aunque hay días que lo hago, en cuanto deja de doler salgo. Salgo e intento hacer lo que mejor se me da: intentarlo. Lo intento siempre y así lo seguiré haciendo, porque poco a poco sé que mejoraré.

No puedo correr, pero lo hice. El primer día que llegué a casa salí disparada. Aguanté unos 40 segundos. Las rodillas dijeron basta y no he vuelto a correr. Claro que me da pena, no os imagináis cuanto ansiaba volver a correr, pero me he adaptado toda mi vida y lo volveré hacer.
No puedo forzar mis piernas, de acuerdo, pues forzaré mis brazos: estoy ahorrando para un kayak y pienso recorrerme playas y calas este verano. No puedo andar hasta las playas, vale, pues me sacaré el carnet e iré en coche. Y así con todas las cosas. Empecé a explotar todo lo que me gustaba que no supusiera un esfuerzo para mis rodillas. Volví a enamorarme de la fotografía, que me había salvado tantísimas veces en mi vida y pude apasionarme realmente por la cocina (¡sin pisar ningún cable de oxígeno!) y llegar incluso a pasar del hobby a algo más serio, como encargos de cumpleaños o catering para fiestas.

Decidí hacer algo que me gustaba, si no podía ser fuera de casa, me traería el trabajo a mi cocina. Recibo un pedido con unos 5 días de antelación. Hago un presupuesto, voy a la compra y me preparo. Un día antes o dos, dependiendo del tipo de encargo, me levanto bien temprano. Me encanta levantarme pronto, hacer los aerosoles, tomarme la medicación y tener todo un día por delante. Me encanta. Y me pongo a ello, me paso el día entre fogones y soy realmente feliz. Me canso mucho, eso sí, pero para eso están las sillas. Me siento, bebo, reposo y me vuelvo a levantar. Me tomo un enantyum y sigo adelante. Cuando envuelvo el encargo y lo decoro para entregarlo me siento realmente orgullosa, ya que antes me cansaba muchísimo más sólo con freír un huevo. Me doy una buena ducha, repito los aerosoles y disfruta del sofá, que me llama a gritos. Todo se trata de ponerle ganas, levantarte, seguir una rutina que se convierta finalmente en hábito y todo irá sobre ruedas.

Cuando iba a la universidad y estaba en el piso de estudiantes, por ejemplo, el horario y mi rutina me encantaba. Me levantaba a las 6:30. Hacía aerosoles, me ponía la insulina, desayunaba, me preparaba y a las 8:00 ya estaba en clase. A las 13h todos mis compañeros se quedaban juntos a comer y estudiar, pero yo no podía pasarme el día en el campus porque me pasaba factura físicamente. Me iba a casa a comer y descansar hasta las 4 y volvía a las prácticas hasta las 20h. Lo hacía y haré a mi manera, repartiéndome el tiempo para poder seguir yendo a hacer lo mismo al día siguiente.

Encontré mi equilibrio. Todo se puede adaptar, aunque sea mínimamente, y conseguir no sólo llevar una mejor calidad de vida, sino llevar una vida, la que tú quieras.
El truco es marcarse metas pequeñas, no porque creáis que no podéis conseguir algo grande, sino porque toda victoria sabe mejor cuando se consigue poco a poco y saboreándolo de verdad.

Y no pienso acabar aquí. En septiembre volveré a la universidad, a hacer lo que más me gusta, estudiar biología. Y no importa las complicaciones que surjan por el camino porque no hay nada más fuerte en esta vida que las ganas que tiene una persona, que se aferra a la vida con uñas y dientes, de hacer realidad sus sueños.

jueves, 8 de marzo de 2012

Llena tus días de vida.

Nunca me ha resultado excesivamente difícil afrontar las cosas, tengo que admitirlo. Tengo la suerte de tener un ánimo y unos nervios de acero. Pero ello no significa que no pase miedo o no me canse de la situación.

Mi espera del trasplante duró dieciocho meses y cada uno de ellos era un reto. Cada día me levantaba e intentaba convencerme de que sería un buen día.
No puedes pasarte más de un año sin hacer nada, esperando que llegue el gran día. Y no es porque el trasplante sea arriesgado y se deba disfrutar de cada minuto, sino porque no somos así. Todos tenemos sueños, hobbies o inquietudes y no podemos quedarnos sentados esperando el día en que podamos realizarlos.

Eso también puede aplicarse al postrasplante. En mi caso tenía muchas expectativas respecto a mi vida después de la operación, por desgracia mis problemas de huesos me impiden hacer todo lo que quisiera, en realidad no puedo hacer ni la mitad de lo que quisiera.
Pero, ¿de qué sirve lamentarse de uno mismo¿ Si duele descansas pero en cuanto el dolor cesa, levántate y cómete el mundo. Eso es lo que intento hacer cada día de mi vida desde que tengo conciencia.
Está claro que a veces por mucho que se quiera, no puedes. Yo tuve que dejar lo que más me gustaba y me hacía sentir bien: la universidad. Tuve un horrible y traumático neumotórax que me impidió alcanzar mi sueño, pero no me rendí. “Quizás no sea el momento”, pensé, “quizás venga después, ahora hay que luchar un poco más.

Y por fin llegó el día en que esa guerra pasó a ser una batalla menor. También dura, pero sin comparación.
No puedo correr por mis rodillas, no puedo practicar deportes que me gustan, pero, ¿acaso se acaba ahí el mundo? Para nada.

Siempre tendremos sueños nuevos que se adaptarán a nuestras circunstancias y no debemos llorar lo que no podemos cumplir, sino dar las gracias por tener otros y poder realizarlos.

Poder luchar siempre por lo que deseo es mi mayor sueño. Ya vendrá la uni en septiembre, después de 4 años; poder viajar, formar una familia o recuperar mi espalda y mis rodillas. Pero para llegar a todo eso hay que seguir luchando, teniendo siempre claro que se quiere ganar.

lunes, 5 de marzo de 2012

Leones en cuerpos de libélulas

03/03/2012

Mi querido Pedro, por fin ha llegado. La oportunidad que esperabas y que ansiabas tanto.
Recuperar ese aire que tanto te costaba encontrar día tras día. Ese aire que te era robado injustamente, sin dejarte disfrutar de cada segundo de tu vida.


No tengas miedo, enfréntate a él. A los dolores, a la tristeza, enséñale los dientes y acaba con todo el sufrimiento que llevas acumulado. Lucha, por Raquel, por Susi y toda la gente que te quiere tantísimo. Demuéstrale a la vida que no piensas rendirte ni ahora ni nunca.

Recupérate a ti mismo y sé la persona que quieras ser. Sonríe por la persona que te dio su aliento y siente de verdad, por fin, todas las palabras que una vez escribiste. Ahora cobrarán un sentido pleno para ti. Tendrás su aliento, su risa…te ha regalado la vida y le dedicarás cada segundo de tu existencia.
Quiérete más que nunca y coge aire, disfruta de cada molécula de oxígeno, porque son todas tuyas, para ti y sólo para ti.

Será maravilloso y lo será también para mi y tu familia porque podremos verte sonreír de verdadera alegría.
Un mundo lleno de aire te está esperando ahí fuera y te prometo que será el mundo más bonito que hayas visto nunca.

Te quiere, Olaia.


jueves, 16 de febrero de 2012

Los dos años más importantes de mi vida en 10min

Dicen que una imagen vale más que mil palabras y en este caso no va a ser menos. Son varias imágenes y vídeos que mi padre fue grabando durante algunos ingresos en la antigua Fe y el trasplante en el nuevo hospital.


Creo que no lo comenté antes pero yo ingresaba cada mes más o menos y siempre estaba muy pachucha. Los últimos años tuvieron que quitarme un trozo de pulmón y aun así no mejoré. Sufrí dolores físicos horribles y perdí grandes amigos (aunque algunos decidieron irse voluntariamente).


Cuando llegó el trasplante fue todo un cúmulo de emociones que afloraron en menos de 5min. Fue una experiencia increíble y dolorosa en todos los aspectos porque además llevaba muchos años entrando y saliendo del hospital.


Mis logros se los dedico a mis padres, a mi novio, a mis amigas y a las grandísimas personas que estuvieron luchando como yo hasta el final, a mis compañeros de batalla, mis iguales. Y por supuesto a los que sé que lo conseguirán y que me tendrán ahí para lo que haga falta. A Irene, a Pedro, a Carmen...con toda mi fuerza.

http://www.youtube.com/watch?v=Bthei3Nyq4c&feature=youtu.be

Perdones a base de Kit Kat

¡Ay! sé que no tengo perdón...llevo un montón de recetas acumuladas, pero es que entre unas cosas y otras no encontré el momento de sentarme a escribirlas...

La verdad es que han sido un par de meses llenos de recetas y no sé bien por dónde empezar, ¿qué os parece si os dejo la receta de una tarta muy original y que triunfa en cualquier cumpleaños?
Se trata de una tarta de Kit Kat que hice para el cumpleaños de Bea, y que, como fue de sorpresa, le gustó mucho más.
No es difícil para nada, sólo hay que tener un buen molde y un poco de tiempo y paciencia para montarla y listo.
Vamos a ello que si me lío a hablar al final no acabo.



Tarta Kit Kat




Ingredientes:

Para el bizcocho mármol:

250gr de mantequilla blanda
1 cucharadita de esencia de vainilla
275gr de azúcar
3 huevos
335gr de harina leudante (es decir, con levadura)
180ml de leche
2 cucharadas de cacao en polvo
1 cucharada más de leche
colorante rosa o rojo

Para el glaseado:

90gr de mantequilla blanda
160gr de azúcar glas
1 cucharada de leche
colorante rosa o rojo

10 kit kat
gominolas, lacasitos, M&M's....






Procedimiento:

Engrasamos y enharinamos un molde desmontable de unos 22cm.
Batimos la mantequilla con la esencia de vainilla y el azúcar hasta que quede esponjoso. Vamos añadiendo los huevos uno a uno, no incorporamos el 2º hasta que el 1º esté bien ligado.

A continuación con una cuchara echamos la mitad de la harina y la leche y luego el resto de ambas.
Después de mezclar bien repartimos la masa en tres bols distintos. Uno lo dejaremos tal cual está; en otro añadiremos el cacao y mezclaremos bien también, y en el otro, añadimos el colorante elegido.

Entonces en el molde vamos alternando una cucharada de cada color hasta terminar con las tres masas.
¡Tal que así!



Con un palillo de esos de pincho lo que haremos será atravesar la masa varias veces para mezclar un pelín el color y "marmorizar" la mezcla.
Tal que así.



Horneamos el bizcocho en el horno precalentado a 180-190ºC durante 1h más o menos. Al sacarlo dejamos reposar 5min y desmoldamos. Dejamos enfriar completamente antes de aplicar el glaseado.

Para preparara el glaseado batimos con las varillas eléctricas la mantequilla en un bol y añadimos el azúcar y la leche en dos tandas. Luego añadimos el colorante deseado y mezclamos con una cuchara.

Con ayuda de una pala metálica grande cubrimos todo el bizcocho con el glaseado y entonces decoramos.
Separamos las barritas de lso kit kat y las vamos pegando alrededor. Atamos con un lazo y llenamos la cesta que hemos hecho con gominolas, lacasitos o lo que más nos guste.

Y ya está :)

Algún consejo: el colorante mejor en PASTA puesto que el colorante líquido en los glaseados o buttercreams pueden modificar demasiado la textura y no tiñen igual, suele hacer falta más cantidad y tampoco es plan de gastar un bote de colorante líquido, que estamso en crisis y tampoco creo que sea lo más sano del mundo.

Normalmente el buttercream en la nevera se endurece, pero este glaseado lleva una buena proporción de azúcar y mantequilla así que podéis guardar la tarta en la nevera pero nunca sin tapar. Yo tengo un portatarstas muy grande que viene muy bien para estos casos.

Las gominolas casi os recomendaría que las pusiérais antes de presentar la tarta porque si las metéis en nevera pueden ponerse durísimas y no queremos partirle un diente a nadie.



Espero que os guste :)



miércoles, 15 de febrero de 2012

De básculas y culpabilidades

Hace aproximadamente un año tuvo lugar esta conversación:

-No sé si será verdad pero me lo han dicho ya varias personas, ¿te estás muriendo?
-Y tú también no te jode. Pero cada uno a su ritmo.
-¿Sí? Ostia pues espero que no eh porque eres to’ buena chavala.

Un año después me vino a la mente y no pude evitar pensar en muchas otras cosas.

Que los niños suelen ser crueles creo es sabido mundialmente, pero que con más de veinte años lo sigan siendo creo que ya es pasarse.

En el colegio se aguantaban cosas como “saco de huesos”, “yonki”…ah y no nos olvidemos de “mi amiga chupa-chup”. Todo cosas que un adulto no sería capaz de decirle a otra persona para dañarla (o eso me gusta pensar) y a las que mucha gente llama “cosas de niños”. El problema es cuando el que las recibe también es un niño. Entonces dejan de ser palabras y se convierten en puñales que llevarás toda la vida clavados en la espalda. Que dejaran una herida que escocerá cada vez que quieras ponerte falda, tomarte la medicación en público o subirte a una báscula.

Y es que deberíamos medir más nuestras palabras y entender ciertas cosas. Como que está igual de feo llamar flaco que gordo a alguien. ¿Os habéis dado cuenta de lo mal visto que está cuando alguien llama gorda a una chica o le dice que debería hacer dieta y lo natural que se ve decirle a alguien que parece que vaya a desaparecer o que debería comer más? (ay si ellos supieran lo que se come o se deja de comer).

Lo peor son esos cumplidos-ataques gratuitos del tipo: ¿¿¿qué talla usas la 36??? ¿Tan pequeñísima? ¡Pero si ahí no cabe ni un melón!....”que envidia”
ZAS

O cuando se produce un bajón de glucosa de 40 y te dicen que comas más…tócate los pies…¿¿¿será un bajón producido por las 20UI de insulina rápida o será que el medio pollo que me he metido entre pecho y espalda está transformándose y mutando en insulina??? OH dios creo que debería ir al médico a que me revisen como metabolizo el pollo en mi organismo…

Así que animo a todas las personas flacuchitas que alguna vez han tenido ganas de estamparles un pollo crudo en la cara a alguien, que encima no sabe de qué habla, a que se pongan falda (los chicos si quieren también, no soy quién para juzgar nada), se remanguen los pantalones y griten a los cuatro vientos que ellos ¡¡¡pueden comer McDonald’s sin engordar!!! Y lo más importante…¡¡sin sentirse culpables después de hacerlo!!

Ahora si me disculpáis voy a ver con qué acompaño el costillar ;)

martes, 31 de enero de 2012

Muffins de azúcar y canela

Para una tarde de viento qué mejor que meterse en la cocina y dejar toda la casa con olor a vainilla y canela...
Recién sacados del horno unos muffins de azúcar y canela. Son fáciles, rápidos y están riquísimos. A mi se me pegaron un poco por abajo, quizás por la altura de la bandeja o porque no estoy acostumbrada a este horno, pero mi padre ya se ha zampado dos. Y eso es buena señal jaja
Me encanta el sonido crujiente al morder la capa de arriba de azúcar…mmm recuerdan a unos buñuelos.

Bueno ahí van, unos más que agradables muffins de canela.



Muffins de azúcar y canela.





Ingredientes:

Para la masa:

5 cucharadas de harina tamizada
1 cucharadita de levadura
Media cucharadita de extracto de vainilla
2 huevos
Media cucharada de aceite de girasol
2 cucharadas de azúcar
Ralladura de una naranja
1 yogur natural

Para la cobertura:

5 cucharadas de azúcar
2 cucharaditas de canela
25gr de mantequilla





En un bol (yo usé la jarra de la batidora) batimos los huevos y añadimos el azúcar, el extracto, el aceite, el yogur y la ralladura. Batimos y añadimos la harina y la levadura tamizadas. Mezclamos bien y repartimos en las cápsulas de papel. Metemos al horno a 200ºC unos 5min y luego a 180ºC 20min más.

Sacamos y dejamos enfriar 2 o 3 min.

Mientras mezclamos el azúcar y la canela en un plato. Derretimos la mantequilla.

Con un pincel pintamos los muffins con la mantequilla y luego los cubrimos con el azúcar y canela. Casi que los mojamos en el azúcar J




Y es así de sencillo…vuestra casa olerá bien y vuestro estómagos disfrutarán ¡¡yujuu!!

lunes, 30 de enero de 2012

Crujiente de gamba, champiñones rellenos, tallarines con salmón y caviar y tarta de tres chocolates

Otro menú riquísimo, esta vez bastante elaborado y que necesitaréis cuatro manos para tenerlo todo listo al mismo tiempo. Yo tuve las manos de Carlos jaja y eso facilitó mucho el trabajo. Pero como recompensa él fue uno de los comensales en la mesa para degustar todos los platos. El otro fue mi padre, al que gustó mucho también. Eso sí, ¡terminaron que no pueden ni merendar!

Este menú consta de dos entrantes, un plato principal y un postre.
Vamos a ello...


Crujiente de gambas


Ingredientes:

200gr de harina
120gr de agua tibia
Un poco más de harina para amasar

Gambones al gusto (yo hice 6, dos por persona, pero sobró masa, así que podéis hacer hasta unos 12 o más)
Salsa picante
Un poco de sal
Aceite





Mezclamos en un bol la harina TAMIZADA y el agua tibia hasta obtener una bola de masa que no se pegue en las manos. Yo usé un poco más de harina. Lo dejamos en el bol tapado con un paño húmedo unos 30min en la nevera.

Mientras vamos pelando y quitándole la cabeza a las gambas. Dejamos la cola. Salamos y reservamos.

Extendemos la masa ocn ayuda de un rodillo y cortamos tantos rectángulos como gambas tengamos. Untamos los rectángulos con salsa picante al gusto y enrollamos la gamba. Cortamos masa si sobra y lo cerramos como un paquetito.

Freímos en aceite abundante hasta que estén doradas.



Champiñones rellenos




Ingredientes:

Champiñones grandes
Una cebolla tierna
Unas 4 lonchas de bacon
Queso gorgonzola
Arándanos secos o uvas pasas sin pepitas
Aceite
Sal




Lavamos MUY bien los champiñones y les quitamos el tallo, los vaciamos. Los dejamos secar sobre un papel de cocina.

Picamos la cebolla bien pequeña y pochamos en aceite en una sartén. Cuando veamos que coge el punto añadimos el bacon troceado pequeño.

Una vez bien hecho todo rellenamos los champiñones y llevamos al horno sobre la bandeja unos 5 min a 180º por arriba y por abajo. Les podemos echar un poco de aceite por encima.

Pasados los 5min sacamos la bandeja y echamos una pizquita muy pequeña de sal en cada champiñón. Colocamos un trozo de queso sobre cada uno y volvemos a llevar al horno otros 5min.

Cuando los saquemos les damos el toque final con los arándanos o las pasas.



Tallarines con salmón y caviar.



Ingredientes:

Tallarines
Un botecito de mousse de salmón (en Mercadona lo encontráis junto al caviar y el salmón ahumado)
Un botecito de paté de salmón
200gr de salmón ahumado (para 3 personas)
Un botecito de caviar (yo uso sucedáneo lógicamente jaja)
600ml de nata para cocinar.(unos 200ml por persona)
Nuez moscada
Nueces troceadas
Sal
Pimienta




Cocemos los tallarines (en mi caso usé espaguettis porque es lo que tenía por casa, epro con tallarines queda más fino). Yo les echo un poco de mantequilla una vez escurridos pero eso es ya una costumbre personal. Pero quedan muy jugosos y no se pegan tanto, también podéis usar aceite.

Para hacer la salsa: ponemos a calentar toda la nata en unasarten a fuego lento. Le añadimos todo el bote de mousse y la mitad del de paté. Vamos removiendo bien hasta que se deshaga todo. Salpimentamos.

Añadimos la nuez moscada, si tenéis miedo de pasaros podéis probarla de vez en cuando. Yo uso bastante porque es lo que le da ese sabor tan especial.

Echamos el salmón troceado y seguimos removiendo unos 4 o 5 min. Cuando veamos que está todo bien incorporado y que va espesando apagamos el fuego.

Dejamos reposar un par de minutos, volvemos a remover y añadimos dos cucharaditas bien colmadas de caviar. Removemos con cuidado para no estallarlo, ¡sino nos quedará una salsa de color verde!

Colocamos los tallarines en el plato y encima la salsa. Decoramos con unas nueces troceadas.



Tarta tres chocolates.



Ingredientes:

250 g de chocolate negro Nestlé postres
250 g de chocolate con leche
250 g de chocolate blanco
600 ml de nata
600 ml de leche
5 sobres de cuajada
Un paquete de galletas María
Un poco de mantequilla





Picamos las galletas y ponemos en un bol junto con mantequilla derretida. Mejor echarle un poco y si hace falta añadir un poco más. Aproximadamente usaréis unos 40gr de mantequilla.
Formamos una pasta y la ponemos en un molde desmontable presionándola bien contra la base.
Podemos hacer dos cosas: llevarla al horno unos minutos o ponerla en la nevera unas 3h.

Ponemos en un cazo a calentar 200ml de nata y 200ml de leche. Añadimos el chocolate negro troceado y vamos mezclando hasta que se derrita todo. Una vez derretido le vamos a incorporar un sobre y medio de cuajada. Mezclando sin parar y con cuidado unos 10min. Entonces echamos esta mezcla en el molde.

Repetimos el procedimiento con los otros dos tipos de chocolate.

Para que no se agujeree la capa anterior dejáis caer la nueva sobre una cuchara, para que no caiga directa sobre un punto y rompa la capa de abajo.

Dejáis cuajar la tarta a temperatura ambiente unas 2h y luego lleváis a la nevera. Mínimo un día entero.

Podéis decorar formando figuras con cacao sobre la última capa o con virutas de chocolate o cualquier cosa que se os ocurra.



Y ya está...a empacharseee :D





Tarta de rosas

¡Hola a todos!
Este finde me lo pasé metida en la cocina. O al menos el 80% del tiempo.

Hace unos días Jeni me encargó dos tartas para el cumpleaños de su novio Raúl, así que sin esperar un segundo me puse manos a la obra y busqué recetas para combinarlas entre sí. El resultado fue una tarta de rosas de buttercream de chocolate blanco y una tarta de trufa y fresas.

Para la tarta de rosas usé la receta de la tarta de chocolate y nubes que hice hace tiempo.
http://cuatroparedesytu.blogspot.com/2011/12/semana-de-abstinencia.html


Tarta de rosas



Hice la tarta de chocolate y en vez de cubrirla con nata lo hice con un riquísimo buttercream de chocolate blanco.
Aquí os dejo la receta.




Ingredientes:

100gr de chocolate blanco derretido al baño maría o en el micro.
1 cucharada de extracto de vainilla
200gr de azúcar glas
250gr de mantequilla a temperatura ambiente (sacamos 15 min antes de la nevera)
1 cucharada de leche

1 manga pastelera (yo usé desechable)
Boquilla wilton 1M



Ponemos todo junto, menos el chocolate, en un bol o en el mismo cacharro de la batidora y batimos bien, ¡intentando no salir con la cara blanca por el azúcar glas!

Un vez esté todo bien batido echamos el chocolate, pero OJO: debe estar casi frío, porque si está demasiado caliente fundirá toooda la mantequilla y adiós a la crema.

Seguimos batiendo un par de minutos y lo metemos todo en la manga. Dejamos un poco y cubrimos con ello los laterales de la tarta.

Para hacer las rosas se comienza por el centro y seguimos en espiral sólo moviendo la muñeca. Los huecos entre las rosas los rellenamos con una tirita o punto de crema también con la manga.




Para decorar usé chocolate transfereado. Los transfers los compré en la escuela Majo's de Alicante.




Y esto es todo. La tarta estaba riquísima. Densa porque es una tarta con mucho chocolate, pero la crema la hace un poco más fácil de tragar jaja.
Espero que os haya gustado. Un beso a todos.

martes, 24 de enero de 2012

Ensalada de mango, trucha al horno y barcas de piña.

El otro día mi padre había comprado truchas y nada más oirlo supe lo que tenía que hacer.
Fui a mercadona y compré las cosas que necesitaba e invité a Carlos a comer también. Les preparé un rico menú y la verdad es que quedaron encantados, estaba realmente rico. Soy una auténtica seguidora del pescado o carne al horno, quedan siempre platos deliciosos.

Este menú consta de una ensalada de mango como entrante, truchas al horno acompañadas de setas y un postre sencillo y rápido de piña y melocotón.

Vamos a ello.


Ensalada de mango



Ingredientes:

Lechuga iceberg
Un mango
Espárragos
Medio rulo de queso de cabra
Nueces
Concentrado de módena
Aceite
Sal

Sencillamente lavamos bien la lechuga y dejamos escurrir. Cortamos el queso de cabra en taquitos. Pelamos el mango y troceamos (aprovechadlo bien).
Mezclamos todo en un bol. Echamos la sala y el aceite. Añadimos las nueces troceadas ligeramente y colocamos los espárragos. Por último le añadimos el concentrado de módena por encima y no mezclamos.



Trucha al horno


Ingredientes:

3 truchas sin cabeza y abiertas por la mitad, bien limpias e incluos sin la espina del centro (1 por persona)
Almendras crudas y peladas
Piñones
Champiñones laminados, dos puñados
Una bandeja de setas
Patatas
6 dientes de ajo
Perejil picado
Albahaca picada
Aceite de oliva
Sal



Pelamos y troceamos el ajo. Lo ponemos en un cuenco con 10 cucharadas de aceite de oliva, el perejil y la albahaca. Removemos un poco y reservamos.

Colocamos en una bandeja de horno las 3 truchas y a su alrededor colocamos las setas troceadas y los champiñones.
Repartimos también las almendras y los piñones.
Rociamos todo con la mezcla de aceite.

Metemos en el horno a 230ºC durante 30min.

Mientras pelamos y cortamos las patatas (yo las corté con la mandolina para que quedaran muy finas y crujientes). Freímos en aceite abundante y servimos junto al pescado.




Barcas de piña


Ingredientes:

Piña en su jugo (una rodaja por persona)
Melocotón en almíbar (uno por persona)
Fresones
250ml nata para montar



En un plato colocamos una rodaja de piña y encima un trozo de melocotón con la parte del hueso hacia arriba.
Montamos la nata y con una manga pastelera con boquilla ancha de estrella ponemos un poco en el hueco del hueso y decoramos, si sobra, por los lados.
Colocamos unas fresas para adornar.


¡Es un menú muy fácil y rico así que animaos!